lunes, 22 de marzo de 2010

5 sentidos


Cerré los ojos y dejé que mis sentidos dieran paso a derretirse frente a tantas delicias.
Primero, mi nariz descubrió ese perfume fuerte y dulce que tantas veces se había cruzado en mi camino, mientras iba por la vida buscándolo. Ese perfume que lo hace irresistible, que todos usan pero que sólo me recuerda a él, que todos huelen, pero que a nadie vuelve tan loca como a mí.
Mi tacto se mareó, primero mi mano empezó a temblar al encontrarse con otra, nuestros dedos se entrelazaron y sentí la transmisión de un calor hacia mi piel, empecé a temblar, a sudar, como si aquello que tenía tan cerca fuera fuego.
Después, mi sentido auditivo captó pequeñas melodías provenientes de una voz que se parecía a un ángel, no, no se parecía a un ángel, no era angelical, era por momentos dulce y por otros, ruda, como si ni su dueño pudiera controlarla. Se notaba que aquella voz alguna vez había sonado angelical pero ahora estaba perdida, buscando su rumbo, sin éxito.
Abrí los ojos y vi todo lo que tenía que ver, sus ojos marrones clavados en lo mío, su pelo semicorto volando un poco gracias a la brisa que habia en el aire, sus labios encorvados regalándome esa sonrisa que tanto me gustaba, estaba parado con esa pose tan típica de él, quieta, rígida, aparentando esa fortaleza que sé muy bien que no tiene.
Maldito gusto, no supo que responder a esa búsqueda en la que todos los sentidos habían encontrado lo que se suponía que tenían que encontrar.
En ese momento su imagen, su olor, sus manos, sus sonidos se esfumaron y me dejaron vacía, incompleta, ya estaba acostumbrada,siempre faltaba el punto justo para que fuera perfecto...
Cerré los ojos otra vez...

No hay comentarios:

Publicar un comentario